Esta casa, diseñada en estrecha colaboración con el cliente, combina técnicas constructivas tradicionales y elementos modernos para integrarse armoniosamente con su entorno. Su estructura principal está compuesta por muros portantes de adobe, un material que brinda aislamiento térmico y conecta con las raíces arquitectónicas de la región. Los acabados en arcilla blanca de la zona aportan una textura natural y luminosa que resalta bajo la luz del día.

El techo, construido con madera aserrada, presenta una estética limpia y contemporánea que complementa la calidez de los muros. Además, las piedras encontradas en el terreno se reutilizaron para los muros de los andenes y los sobrecimientos, reforzando el enfoque sostenible y respetuoso con el medio ambiente del proyecto.

El resultado es una vivienda que equilibra funcionalidad y estética, utilizando materiales locales para crear un hogar que no solo respeta, sino que celebra el entorno natural y las tradiciones constructivas de la región.